martes, 26 de abril de 2016

Leyendo un cuento: El bosque de Murci

https://www.youtube.com/watch?v=eTWyARBfK0w

En esta entrada añado un enlace en la que leo un cuento.
Es una historia que escribí para prevenir el acoso en un grupo de 5 años. En esta edad no hay acoso pero sí se puede prevenir.
Adjunto el texto por si a alguien le pudiera ser de utilidad. Es la versión larga: se puede acortar.
Sólo decir que la lectura con público infantil siempre sale mejor...!







EL BOSQUE DE MURCI

Había una vez un bosque en otoño
Los árboles, que parecían pintados de naranja, rojo y amarillo, se quedaban sin hojas
Y dejaban ver los agujeros del tronco
Por estos agujeros, si uno está muy atento, asomaban cientos de ojitos brillantes
y algún que otro bigote
Y es que muchas familias de ardillas tenían allí su hogar
Murci vivía en un confortable agujero con su mamá
Tenía este nombre un poco extraño
Sí, tenéis razón, era un nombre más de murciélago que de ardilla
Pero es que Murci saltaba tan alto, que a veces parecía volar
Estiraba su larga cola, usándola como un timón, dominando el viento
Volaba de rama en rama
Ooohhhh decían sus compañeros ardilla en la escuela cuando saltaba
Oooohhh volvían a decir
Ooooooh oooooh oooohhh decían otra vez
Así que el nombre le iba al pelo (de ardilla, claro)
A finales de verano, su padre había salido en busca de bellotas, y tardaba más de la cuenta en volver
Murci y su mamá estaban un poco preocupados
Una tarde de otoño, de esas en que la luz y el cielo cambian mil veces de color en un solo día, muy sigilosamente se acercó una tormenta
Y se colocó justo encima del árbol de Murci
Murci enseguida olió la tormenta con su pequeño hocico
Y pensó que su papá estaría fuera, mojándose, puede que perdido
Así que cuando su madre estaba atareada preparándole el baño dentro de una cáscara de nuez
Murci salió, de puntitas con sus patitas acolchadas
Enseguida notó que uno de sus bigotes se doblaba por el peso de una gran gota de lluvia
Y poco a poco las gotas fueron cayendo, cada vez más rápido, empapando su pelaje
Murci sabía que debería entrar
Que su madre se estaría preocupando
Pero algo le mantenía fuera
                Sería la preocupación que sentía por su papá
                Sería la atracción que sentía por ver la belleza de la tormenta
La tormenta empezó a hacer mucho ruido, aunque no parecía nada enfadada
Lo que no sabía Murci, es que cuando la tormenta está justo encima de nuestras cabezas, los truenos y los rayos van muy juntitos, uno detrás de otro
Así que el trueno sonó, fuerte
Y  el rayo cayó, atravesando el árbol de arriba abajo

Al principio, Murci no entendía qué había sucedido
Notó un olor a chamusquina, a barbacoa de los domingos
Se sintió más liviano que nunca
Entonces, miró para atrás
Y en un segundo lo entendió todo, porque era listísimo
Su cola ya no estaba.
El rayo se la había llevado.
Quizá había acabado en el fondo de la tierra, por donde decía la Srta. Búho que van a parar los rayos, que hay una bola de fuego y lava
O quizá simplemente se había deshecho como el humo en el aire

Al volver a casa, su mamá lloró un poquito
Pero le dijo que lloraba de emoción y alegría porque Murci hubiera vuelto
Que la cola le daba igual, lo importante es que ÉL estuviera allí
Y le puso Betadine y una venda de la que Murci se sintió tremendamente orgulloso

Al día siguiente, Murci volvió a la escuela
Pero aunque fuera en el mismo árbol, y la maestra fuera el mismo búho, nada parecía ser lo mismo
Ya no se oía ningún ooooh ooooooh oooooh cuando pasaba
Ni oooh
Ni oh
El resto de ardillas vinieron a olisquearle la cola
La buscaban por todas partes, pero no la encontraron
Sus ojitos ya no eran grandes
Empezaron a volverse estrechos
Como si tuvieran sueño
Qué raro
Entonces Murci escuchó una primera risita
Era de Bartolo
Bartolo era una ardilla muy grande
Con una cola larga aunque un poco despeinada
Su risa parecía salir del fondo de su tripita
Y la risa es muy contagiosa, más que los catarros
La risa se oía cada vez más fuerte
Salía de cualquier lugar
Eso no es una ardilla
Empezó a escuchar
Será una rata
Si, una rata
Una rata, si
Vete al colegio de ratas
Fuera del bosque
Alcantarilla abajo
Y la risa se volvía a oír como un eco
Murci no sabía que le pasaba
Sus bigotes estaban mojados pero no había tormenta
Las orejitas picudas se le doblaron para bajo
No quería mirar alrededor, ni para arriba
Así que sólo vio la hierba pasar y pasar
Al cielo no miró para nada
Por si acaso
Agachó la cabecita
Y se marchó a su casa

Al día siguiente pasó lo mismo
Y al otro
Y al otro
Y así siete días con sus siete noches y siete lunas a las que daba una pena horrorosa contemplar

Un día, Murci estaba solito en el recreo tomando su merienda de avellanas
Y se acercó una ardillita pequeña
-Hola
Soy Miguita
¿Puedo sentarme a tu lado?

Murci asintió contento
Miguita tenía los dientes muy separados
Y se le caían las nueces entre ellos cuando masticaba
La verdad es que a ella el nombre también le iba muy bien.
Desde esa mañana las dos ardillas no se separaron
Las risas seguían surgiendo de lugares inexplicables
Pero el estar juntos les hizo más fuertes
Cuando alguien decía

-Murci, te voy a pisar la cola
Ah, no puedo, no tienes!!
jajajajaja

-Murci has roído queso hoy?
Era muy apestoso?
jajajajaja

-Murci, vete a dormir
Eso sí, boca abajo
Como los murciélagos
juauauajajaaaaa

Miguita y Murci observaban
Le parecía que Bartolo y las ardillas que les acompañaban parecían algo enfadados
Con ellos, pero también con el mundo
Hasta con ellos mismos

Bartolo nunca traía merienda. Le sonaban las tripas a distancia
-Pobre, decía Miguita
Su mamá estará muy ocupada

Tampoco debía bañarle ni peinarle el pelaje
                -Pobre, decía Miguita

A Murci también le empezó a dar pena
Un día, al entrar en el colegio, escuchó como siempre la risa de Bartolo
Levantó la mirada y se acercó a él
Decidido
El resto de ardillas se quedaron como congeladas
No sabían cómo iba a acabar el asunto
Bartolo resopló un aire muy caliente por su hocico
Estaba preparado para la pelea
Murci cada vez estaba más cerca
Todo parecía suceder como a cámara lenta
Entonces, Murci rodeó firmemente a Bartolo con sus brazos
Y le dio un fuerte abrazo
Bartolo estaba muy tieso
De repente, empezó a temblar
Y de manera muy tímida, el también abrazó a Murci

-Te perdono, dijo Murci
-Lo siento, dijo Bartolo

Bartolo le dijo que lo sentía muy bajito
Susurrándole en la orejita peluda
Pero lo dijo

Murci se dio la vuelta
Le dio la sensación de estar blandiendo su magnífica cola invisible en el aire
Las ardillas contenían la respiración

                -Vamos Miguita, dijo
                No lleguemos tarde a casa
                Mi madre nos ha preparado tortitas con salsa de arándano para merendar

Y así, los dos amigos se marcharon juntos, sin soltarse la patita
               
-Hasta mañana, dijeron al unísono
                -Hasta mañana, contestaron todos sus compañeros

Mañana
No sabemos qué pasará
Lo que si sabemos
Es que será otro día.



FIN

2 comentarios:

  1. Un cuento precioso y una excelente lectura. Para completar la entrada (y responder a lo que se solicita en la guía de trabajo), incluye una introducción haciendo referencia a cómo preparaste la lectura (o cómo debe prepararla la maestra), qué preguntas puedes realizar a posteriori para implicar a los niños y una conclusión sobre la necesidad de tomarse en serio la hora del cuento y preparar convenientemente todo el proceso (preparación, puesta en práctica y diálogo final).

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    1. Introducción
      La lectura debe prepararse teniendo en cuenta los intereses y necesidades de los niños en ese momento. Debemos pensar a quién va dirigido y por qué. En concreto, esta historia la escribí para un grupo de cinco años que tenían conflictos constantemente entre ellos. A través de los personajes, como hemos visto, los niños se identifican, resolviendo los conflictos de la vida real a través de los imaginarios. Para ellos, como fue en este caso, si lo que se pretende es hacer una prevención de futuro acoso, podemos escribir una historia al hilo de lo que sucede, o bien tirar de bibliografía (por eso también es importante tener la biblioteca organizada por temas).
      Una vez que tenemos claro qué es lo que queremos conseguir a través del contenido, tenemos que centrarnos en cómo hacerlo llegar a los niños.
      Para contar una historia bien, es necesario un buen control de la respiración. El buen uso de los signos de puntuación es imprescindible; las pausas, los silencios y la emoción, en definitiva, imprimen ritmo y emoción a la historia. Esta debe contarse de manera pausada, alto y claro. Que la voz salga, como diría Concha Doñaque, de las tripas. Es esta una eminencia en voz que recomiendo fervientemente (hay material en internet para consultar). Creo que una maestra o maestro debe leer y narrar bien; si no es su punto fuerte, quizá deba ensayar.
      Y para transmitir bien una historia, quizá no haya otro remedio que vivirla, meterse dentro.
      Si leemos bien la historia, y el contenido es adecuado contextual y literariamente, no se oirá una mosca. Un buen consejo desde mi modesta experiencia: si hace falta "regañar" a los niños para que centren su atención o se estén quietos, es que la historia no es buena o no se está contando bien.
      Después de la lectura o narración hay que entablar un diálogo, que complementa y agranda la lectura. Para ello, a través de las preguntas, podemos adentrar todavía más al Respetable dentro de la historia. Qué piensan de tal o cual personaje, qué harían si estuvieran dentro del cuento, cómo se sentirían si... siempre guiando pero nunca desvelando. No se debe contestar a las respuestas de los niños (muy bien, eso no etc.) pues eso sería juzgar, y lo que buscamos es que ellos mismos buceen en su catarsis y acaben construyendo su propio sistema de valores. Y por supuesto, que disfruten.

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